Escribí estas líneas para presentarlas en una mesa redonda sobre animación a la lectura. El encuentro fue organizado por la Fundación Santillana (IV Festival Iberoamericano de Literatura Infantil y Juvenil) y celebrado en la ciudad de Buenos Aires en septiembre de 2017.
Muchas gracias por la invitación a participar en este panel.
Cuando me lo propusieron pensé en escribir algunas líneas sobre la bondadosa
tarea que hacemos muchos de los mediadores –y eso seguramente les incluye a
ustedes-, y también a mí desde mi blog “anatarambana” con el que intento hacer
una mediación entre adultos, pues yo no trabajo directamente con niños.
Pero luego pensé que estaría bien echar un poco de pimienta
en esta mesa porque el tema de la misma coincide con algo que me inquieta desde
hace mucho tiempo, y con una manera de mediar en la lectura que, lejos de crear
lectores, muchas veces los aleja de los libros y la lectura.
Es un tema sobre el que empecé a hablar hace tiempo con una
amiga, y cariñosamente lo llamábamos: “Lectocrimen” pues, básicamente
hablábamos de algunas prácticas de mediación a la lectura que no funcionan y se
siguen utilizando. O cómo una cierta dinámica general de los que median en la lectura,
afecta a los lectores. Cuando hablo de mediadores me refiero, sobre todo, a personas como promotores de lectura,
editores, creadores, docentes, bibliotecarios y padres. Es decir, todos los
adultos.
Hablo desde la perspectiva de un país como España, con
muchos años de trabajo institucional y escolar de fomento a la lectura y donde,
según las estadísticas, más de un tercio de la población adulta no lee ningún
libro. Así que, hay mucho para reflexionar en un país con bibliotecas llenas de
libros y de libre acceso, con una producción amplia de libros infantiles, con
librerías y ferias para acceder a los libros. Sin duda leemos más que hace
veinte años, pero sigue siendo una constante preocupación no conseguir tener un
espectro más amplio de lectores.
En fin, mi intención es, simplemente, reflexionar sobre
algunas cuestiones que me parece que influyen en el abandono temprano de la
lectura, y en otras que hacen que los libros dejen de acompañar a los lectores
a pesar de nuestros esfuerzos. Algunas de estas cuestiones las he debatido
ampliamente en mi blog y otras espero hacerlo más adelante.
He elegido SEIS. Hay más, pero quiero comenzar con estas.
1 La infantilización de la lectura. Hace mucho tiempo (y me parece
que todavía hoy), se hacía con adaptaciones de obras clásicas. Y voy a citar a
una pareja de grandes lectores, Bioy Casares y Jorge Luis Borges tomado de los
diarios del primero:
“ Miércoles, 12 de Octubre. Hojeamos los absurdos libros de lectura (para niños que
aprenden a leer) del peronismo. Digo que yo aprendí a leer con el Veo y
leo. Borges cree haber empezado con El nene. BIOY:
"De chico, yo era muy snob y no leía los libros de la
Biblioteca Araluce porque eran obras famosas, adaptadas para chicos (leía
libros para chicos, como Pinocho; pero no admitía obras para
grandes adaptadas para chicos)". BORGES: "A mí me pasaba algo
parecido. Una vez leía con mucho orgullo una Historia de
Grecia hasta que vi que en la portada decía Adaptada
para los niños" ”
La infantilización hoy, de la lectura, viene de la mano de
los álbumes. Un género que ha colapsado la producción. Un género del que
solamente se habla cuando decimos Literatura Infantil. Un género en el que
vemos cada día obras insulsas, historias escasas cuando no mal escritas y que
se apoyan exageradamente en ilustraciones preciosistas. A veces tengo la
impresión de que solamente hay libros álbumes en las manos de los niños. Lo que
ha significado para la producción editorial este fenómeno es un retroceso de
libros de narrativa de aliento. Los niños que tienen más de ocho años se
enfrentan al drama de no encontrar libros que les acompañen en la tarea a la
que se han aplicado durante años y para la que no encuentran estímulos.
(En este blog hablé de esta cuestión en: Cansados del libro álbum)
2 La escolarización de la lectura.
Recientemente trabajé con el equipo editorial de un grupo que tiene libros de
texto y nada más comenzar, alguien dijo: “los planes de lectura han muerto”. Me
alegró muchísimo escucharlo y tuvimos una discusión muy interesante sobre ello.
En España llamamos planes de lectura a un grupo de libros que las editoriales
ofrecen como lecturas opcionales en las escuelas. Para acompañar esos libros se
adjuntan cuadernos con actividades donde los niños, después de leer el libro
seleccionado por los adultos, deben cumplimentarlos. La experiencia de la
lectura queda simplificada al máximo, a una serie de preguntas para ver “si han
entendido todo”. Esto quiere decir preguntas del tipo: Escribe los nombres de
los personajes principales, o hacer listas de elementos que aparecen en el
libro, entre otras cosas. Ayer, comiendo con uno de los escritores de este
Festival, comentaba que su hija –de ocho años- rechazaba sistemáticamente los
libros de una colección que asociaba a la escuela. En esta negación quedaban
fuera de su vista libros maravillosos como Matilda de Roald Dahl.
3 En esta línea de
lectocrimen, nos encontramos con el famoso: “Hacer algo” después de leer que reduce la lectura a una actividad
manual, bien sea construir algo, por supuesto que tenga que ver con el texto
leído, hacer un dibujo, o incluso ejercer de escritores queriendo cambiar el
final de la historia o inventándose cualquier cosa que nos inspire el texto. Lo
importante es que los niños se lleven algo físico a su casa o para colgar en el
aula.
4 El abandono de la mediación. Me refiero con esto a ese momento en
que dejamos de acompañarles. Les hemos leído durante la primera infancia, nos
ha alegrado cada uno de sus pasos con la lectura y, cuando ya saben leer,
sencillamente dejamos de leerles en voz alta, delegamos la selección de
lecturas a lo que propongan en la escuela, y dejamos de conversar con ellos
sobre lo que leen.
5 La llamada Superlij que es un término que, con
permiso de los super hérores, me inventé, para hablar de un tipo de libros al
que cada vez más se acude con tremenda ansiedad. Libros para dejar el pañal,
libros para explicar el alzheimer, libros PARA. Cada vez más parece que los
mediadores necesitamos un libro para dialogar sobre un tema. De esta manera,
los niños irán recorriendo su camino lector con libros que serán la segunda voz
de los adultos: educativa, normativa y hasta moralizante.
(Aquí hablé sobre ello en este blog: Superlij)
6 Y, por último, la feminización de la lectura. (Y ahora
levanto la vista para confirmar, una vez más, la estadística). Somos legiones
de mujeres mediando en la lectura. Mujeres que, principalmente, recomendamos
novelas. Este es un punto que requeriría
más tiempo de exposición, pero la falta de modelos lectores masculinos hace que
un gran grupo de varones no considere la lectura importante. A esto se añade
que la prescripción casi exclusiva de novelas por parte de las mujeres, impide
a los lectores de informativos sentirse parte de la comunidad de lectores. Como
ya digo, este es un punto interesante para desarrollar en otro momento.
Quisiera terminar con una cita que me encanta. Porque muchas
veces hablamos de los lectores como si fueran una masa uniforme sobre la que
podemos incidir en su totalidad. Y nada más lejos de la realidad. Quizás un punto más del
lectocrimen sería considerar a todos los niños iguales ante la lectura, sin
tener en cuenta sus inquietudes, necesidades, gustos y caprichos. Sin pensar
que cada lector construye su propio camino con los libros que él mismo elige y
de la manera más inesperada. Por eso quiero terminar con esta cita del escritor
norteamericano Dan Fante, hijo del escritor John Fante, que recuerda cómo se
inició en la lectura y que he incluido en este blog en una serie sobre cómo se llega a la lectura de diferentes maneras:
“En una ocasión papá se ofreció a pagarme por leer: cinco dólares
por libro. Me dijo que eligiera un libro de la estantería del salón, que iba
del piso al techo. Encontré La llamada de la selva, de Jack London.
Me gustaban los colores de la portada. Papá bajó el libro y me lo dio.
-Este tío fue un gran escritor. Has
elegido bien.
Sesenta días más tarde había devorado
cinco de las novelas de London. Estaba enganchado para siempre.”
Dan Fante:
Gracias por su atención.
Perfecto, Ana. Gracias.
ResponderEliminarGracias Luis Daniel, no sé si perfecto, pero sí para discutir... Un saludo
ResponderEliminar¡Me encanta!
ResponderEliminarFelicidades, Ana.
Un abrazo
Gracias Virginia!!!
EliminarHola Ana. Me parece todo bien hilvanado y oportuno. Quizás añadiría la sublimación de la lectura que muchas veces profesan los mediadores.
ResponderEliminarGracias Pepe, explícanos un poco más eso de la sublimación, que me parece interesante.
EliminarMe refiero al hecho de que la lectura, a veces, se presenta como portadora de todas las bondades, se la prestigia de tal modo así, en bruto (leer para vivir, leer para....), que se la convierte en algo casi inalcanzable o difícil de experimentar por lectores incipientes. Creo que es mejor recomendar libros concretos y menos lectura en general.
ResponderEliminarGracias, completamente de acuerdo.
EliminarPara discutir, seguramente!!!!
ResponderEliminarAcuerdo plenamente con los puntos 3, 4, 5 y 6. Pero en el 1 y el 2, creo que hay matices. La literatura se ha escolarizado, es cierto, pero gracias a ello miles de niños que nunca recibirían literatura en sus casas pudieron acceder a libros. Será cuestión de aprovechar esos libros y esos planes lectores para construir lectores. No es culpa del plan o del libro con actividades, la responsabilidad está en el mediador y en la forma en que encare planes y libros.
En cuanto a las adaptaciones, las hay muy buenas, que respetan la obra original y la acercan a un lector distinto del que pensaron sus autores. Son puentes, caminos hacia el autor clásico y hacia historias que vale la pena conocer y que no siempre son accesibles desde la prosa del siglo XIX. Es cierto que hay de todo, pero de nuevo y como en todo, debemos aprender a elegir.
Claro, Kareche, siempre depende de cómo se enfoque y cualquier libro puede crear un lector. Lo que me asusta siempre es que muchos de esos planes lectores vienen sugeridos por las editoriales de libro de texto con las que el cole trabaja, y no hay ningún trabajo previo con los alumnos para armar ese plan. Sería muy fácil en la primera semana de clases hablar con los niños, preguntar sus gustos, libros que les gustaría leer en común, libros para conversar durante el curso. Sin embargo, lo que se suelen encontrar es una bolsa con lecturas que no se sabe quién las ha elegido.
EliminarTotalmente de acuerdo con los 6 puntos, Ana! si acaso yo añadiría un séptimo, que tiene que ver con los espacios de lectura en la escuela: leer sentado en una silla con el libro sobre la mesa, a la luz de un fluorescente también contribuye a matar la lectura! Para cuando bibliotecas escolares y rincones de biblioteca en el aula que faciliten un ambiente adecuado para leer?
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo! Gracias Mònica por la visita!
EliminarInteresante tema. La adaptación infantil ha sido aquí en México una base excelente en el despertar lector. Hay una excesiva carga de imágenes en los libros que deja a un lado el punto principal: las palabras y a veces no tienen nada que ver con el tema del libro. Se nos olvida que la lectura es diversión. La lectura es un binomio o trinomio en el que muchas veces no aparece papá . la lectura es, o debe ser, un derecho fundamental pero no como una nueva religión sino como el derecho de aprender ven igualdad de condiciones.
ResponderEliminarGracias Cheverisimo libros... de acuerdo en todo. ¿por qué resulta tan difícil hablar con los niños sobre sus gustos para armar la mediación de manera más personalizada?
EliminarQué mal lo hacen todos, escritores, ilustradores, mediadores... Me pregunto, me pregunto qué es lo que se supone que hacen otros.
ResponderEliminarAna, muy interesante tu texto. El tema de la escuela es una de mis grandes preocupaciones porque en ciertas ocasiones los docentes o bibliotecarios consideran que porque acercan la lectura a los niños, esos niños se convierte automáticamente en lectores.
ResponderEliminarExplícame con más detalle ¿porqué no hacer el 3?
ResponderEliminarCon el 3 lo que se omite es la conversación. Se lee un libro y, casi de inmediato, se pone a los niños a hacer manualidades o cosas que no tienen nada que ver con la experiencia literaria. Leer es conversar (nuestro querido Aidan Chambers lo ha contado muy bien), es buscar matices, desarrollar puntos de vista, discutir con los demás nuestros gustos, formarnos como lectores. Como adultos, cuando hemos leido un libro que nos gusta, conversamos con otros, y no se nos ocurre sentarnos a recortar o dibujar algo. ¿Es de verdad tan complicado sostener una buena conversación después de leer un libro? Al parecer, es mucho más que sentar a todos los niños para que hagan un dibujo...
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDe acuerdo, es verdad que aunque hay muchos mediadores realizando acciones de lectura libre y respetuosa, provocando el diálogo espontáneo; también hay muchas sesiones que se convierten en talleres de manualidades y valores. Sin embargo, tengo tiempo observando la historia lectora de jóvenes que se acercan a buscar libros clásicos, y en casi todos los casos hubo planes de lectura en sus escuelas. Quizá ellos tuvieron la suerte de tener maestros que provocaron diálogo y reflexión en vez de preguntas y actividades manuales, pero cuando les pregunto qué leyeron en su infancia y adolescencia y me dicen que en su escuela leían 5 o más libros por año, seleccionados por ellos mismos o los maestros o recomendados por un promotor de LIJ, tiene una mayor ventaja que los chicos que no leen jamás en la escuela o que sus maestros (que no son lectores) les recomienden títulos poco atractivos. Creo que para que un chico un día decida leer un clásico como Moby Dick, es importante que antes recorra un camino lleno de libros divertidos, interesantes, realistas y de fantasía, informativos y literarios.
ResponderEliminarGracias Mar. Por suerte, hay muchas experiencias como las que describes. Yo con mi entrada quería poner en discusión muchas de las cosas que se hacen sin pensar mucho en ellas, y hablar de todos aquellos que no han tenido esa maravillosa mediación.
Eliminar¡Gracias, Ana! ¡Qué bien me viene esto para terminar de redondear una intervención sobre traducción de libros para niños en FILIJ 2017!
ResponderEliminar¡Super! Nos vemos por allí :-)
EliminarGracias Ana, muy de acuerdo contigo.A mí me duele especialmente los libros «para», tanto en el ámbito familiar como en el escolar, matan la diversión y provocan el rechazo de los chicos.
Eliminarun gran contenido que nos regalas en este momento se agradece mucho por lo util que es
ResponderEliminarbuenas tardes te leo mañana
Gracias Pierre. Un saludo
EliminarGracias por estos puntos tan interesantes y que pasan desapercibidos. Sería muy bueno, como lo mencionas, desarrollar ampliamente el punto 6.
ResponderEliminarPor cierto, ayer compré dos libros tuyos en la FILIJ. Espero disfrutarlos mucho. Saludos, Ana!
Gracias Magaly, el punto seis lo voy a desarrollar ampliamente en una entrada. Y que bueno que tienes mis libros, espero que los disfrutes mucho. Un abrazo
EliminarUna magnífica entrada. Coincidimos en unos cuantos puntos que yo ya he comentado en ocasiones con algunas personas. Coincido especialmente en el punto sobre la escolarización de la lectura, porque es algo que a mí me marcó en su momento (y eso que ya dejé atrás los 40). Y me sorprende que, después de tantos años y planes de lectura, todavía se use el método de "lee esto y me haces un resumen". Hay gente a la que le sorprende que, siendo yo mismo escritor, no quiera "formar nuevos lectores", cuando esa mecanización de la lectura los destruye más que crea. En fin, menos mal que, dentro de lo que cabe y gracias a Internet y las RRSS, parece que van surgiendo unos pocos lectores nuevos con algo de criterio propio, que espero se vaya afianzando. Para que luego digan que la red solo tiene pornografía.
ResponderEliminarEs la primera vez que comento en tu blog, pero no la primera que lo leo. Espero que no sea mi último comentario.
Gracias Jorge, los comentarios son siempre bienvenidos, ¡son la sal de los blogs! Supongo que tenemos razón en ese punto, aunque nosotros finalmente somos lectores, en algún punto encontramos el libro capaz de conectar con nosotros. Y creo que en esos "planes" algún libro se cruzará con un lector que le hará vibrar. Un saludo
EliminarExcelente entrada, donde se puntualiza punto por punto lo que muchos intuimos y pensamos. En la lectura debe entrar el concepto de juego, pero no de forma literalizada (véase: ¡vamos a construir con piezas lo que hemos leído). Si no ceñido al propio acto de la lectura. Quien guía al niño en la lectura puede establecer esa clase de puente. Como dices: leer en voz alta, intercambiar impresiones, en definitiva compartir lo leído, pues poco sentido tendría impulsar a alguien a leer cuando nosotros mismos no tenemos interés en ello. Saludos y excelente trabajo!
ResponderEliminarGracias Luis, a veces las acciones más simples (como conversar después de leer un libro) son las más efectivas, pero creo que pesa siempre el entretenimiento y "hacer algo" para pensar que la actividad nos da un recuerdo para llevarnos a casa. Gracias por tu visita
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy interesante! Yo sigo hablando con mis padres sobre los libros que he leído y aunque no tenemos los mismos gustos, siempre dedicamos un rato a comentarlos y criticarlos. Creo que el hecho de verlos leer a ellos y ver como es un momento de placer y tranquilidad, me ha influido. Entender la lectura como una obligación puede ser contraproducente. Confío en que las nuevas generaciones estén encontrando otras formas de leer, independientemente de lo que les dicte la escuela o lo que les recomienden sus padres.
ResponderEliminarGracias Nuria! Y qué bueno que sigas conversando y, sobre todo, que no siempre haya acuerdo en las lecturas porque en eso radica, justamente, el placer de leer y compartir. Creo que a veces se busca una única opinión y pensar todos igual cuando leer es una actividad profundamente íntima y conectada con nuestras propias experiencias. Gracias por la visita!
EliminarMe gusta mucho todo lo que has dicho y, aunque no las había reflexionado y enumerado así, también son cosas que había pensado en algún momento. Lo que me gustaría añadir está relacionado con la sublimación de la lectura. ¿Qué pasa si a una persona no le gusta leer? Yo creo que no es un crimen (aludiendo además al título de esta entrada) que a alguien no le guste leer y/o que alguien no lea y sin embargo se trata como si así lo fuese. Creo que hay una obsesión generalizada por que este placer (para mí se trata de un placer y no lo veo de otra forma) sea algo global e intrínseco en el ser humano. Hay muchos placeres en la vida y creo que no pasa nada si no se lee. Quizás si nos paráramos a pensar en esto habría más concordancia entre producción, difusión...etc de libros y actividad mediadora para el fomento de la lectura. Como se sublima mucho, se produce mucho y se media más.
ResponderEliminarHola Macarena, bueno, partimos de la base de que la lectura es una gran competencia en el desarrollo personal y social. Tienes razón en cuanto a que se sublima mucho la lectura literaria (y por placer), en este blog hemos hablado mucho de la importancia de leer no ficción como parte de esa actividad placentera, pero me parece que es algo básico en lo que hay que seguir trabajando: la creación de lectores. Otra cosa, y tienes toda la razón, es la cantidad de libros que hay, la obligatoriedad hacia ese "placer de lectura" y la enorme producción que resulta disparatada porque también hay mucho libro mediocre. Un saludo
EliminarVale. Yo es que no parto de esa base. Creo que el desarrollo personal y social se puede alcanzar de múltiples maneras, no sólo leyendo, ni en gran medida leyendo. Es más, a veces leyendo no se alcanza, sino todo lo contrario, se paraliza (sobre todo cuando se lee por obligación o instigación). Yo parto de la base de que para desarrollarte personalmente y socialmente hay que atender tus motivaciones, sean cuales sean (siempre y cuando no se dañe a nada ni a nadie, claro). Y esas motivaciones pueden no pasar por la lectura. También parto de la base de que no todo el mundo quiere desarrollarse personalmente y socialmente y esto debería ser respetado. Es una opción como otra cualquiera. Me pregunto si en un futuro se trabajará por la creación de.... videojugadores, cocineros, corredores... Espero que no.
EliminarLo de que hay personas que no quieren desarrollarse personalmente y socialmente me ha dejado un poco de piedra, la verdad. Creo que una aspiración de las sociedades contemporáneas es el desarrollo personal (en un sentido de alcanzar una vida donde las elecciones las hacemos nosotros y no el sistema). En este sentido, la vida letrada puede ayudar a reflexionar sobre nuestro lugar en el mundo y la dirección que queremos tomar...
EliminarMe refiero a aquellas personas que eligen dejarse morir, que las hay, y cada vez más, muertos en vida. Precisamente por eso, porque no se les respetó, se les obligó a hacer cosas que no les gustaba o no querían. Y aunque la vida letrada pueda ofrecer muchas cosas, no es sólo la única vía ni vida.
ResponderEliminarHola Ana, buenos criterios!!!, pero no comparto lo de la adaptacion de los libros para niños. Por ej tengo una colección de cómics de grandes libros de literatura, por citar Romeo y Julieta , la Ilíada, el diario de Ana Frank El Quijote,etc. Muchas veces estos cómics son la puerta de entrada a los originales q de no conocerlos así, posiblemente nunca lo y leírian
ResponderEliminarAna,gracias por tu lúcidas reflexiones. Sería interesante que profundizaras en el tema de la feminización de la lectura; concuerdo en que hay más mujeres que hombres mediando (de hecho lo compruebo ne mi trabajo, ya que coordino las bibliotecas de una red de colegios y los equipos bibliotecarios están compuestos en su mayoría por mujeres). Creo que quizás, con el tema de la igualdad de género tan presente como problemática, las generaciones más jóvenes han acortado la brecha entre lo que lee o debería leer un hombre o mujer, pero aun así sería interesante comprobar que estrategias, textos u otros siguen estando cruzados por cuestiones de género...Saludos! Bernardita
ResponderEliminarGracias, Bernardita, es un tema sobre el que llevo pensando (y leyendo) mucho. Escribiré una entrada especial para ello, hay muchas cosas y matices sobre este asunto,que no tiene nada que ver con la igualdad de género (sea lo que sea esto) sino con la exclusión de una parte de la población lectora que no desea leer cierto tipo de libros legitimados por una mayoría de mediadoras. Un saludo!
EliminarA la espera de esa entrada ;) muchas gracias por responder! Tienes planeada alguna visita a Chile? jeje
EliminarOportuna y atinada tu entrada. Gracias.
ResponderEliminarMe llama mucho la atención el punto 6. Sí somos más mujeres en la tarea mediadora, aunque en mi experiencia también tengo muchos hombres cerca.
Me gustaría mucho que te extiendas sobre el tema.
Yo tengo una sensación y es que en nuestros días las mujeres hemos venido haciendo cada vez más pública nuestra relación con los libros y la lectura, mientras que la relación de los hombres se ha vuelto más privada. Y esto tiene que ver, creería, por una parte con los espacios ganados y apropiados por las mujeres, y por otra con los estereotipos que rondan la lectura, su práctica. Lo que digo simplificaría bastante las ideas que me rondan, por eso sí que me gustaría que hablaras sobre esto en algún post.
Un saludo cariñoso.
Si, Adriana, voy a hacer una entrada sobre ello, pero estoy buscando datos y estadísticas para confirmar todo lo que digo. Es cierto que las mujeres están más presentes en las labores de mediación, y que les gusta más la novela que otras disciplinas de lectura, y me parece que en ocasiones, es un factor que aleja a los niños varones de la lectura, pues muchos prefieren libros informativos. Un saludo
EliminarSaludos Ana. Recuerdo que en mi generación del Máster de literatura que ofrece la UCLM el maestro Pedro Cerrillo se cuestionaba que la literatura se acercara a los jóvenes en el ámbito escolarizado, pues caía en el riesgo de que el joven la identificara no como una actividad esencial en su vida, sino como una materia más cuyo material lector se desecharía al final del ciclo como cualquier manual usado de matemáticas, biología, cuaderno, etc. Algunos argumentaban que sí era necesario pues para muchos ese era el único espacio en que tendrían un acercamiento a la obra literaria. Ahora doy clase de lectura en escuela secundaria y aunque el colegio ya tenía un programa de lectura comercial (paquete de libros, página web de acompañamiento, tarjetas de lectura con actividades, etc) tuve que rechazarlo y simplificarlo en lectura y comentario crítico. Aun así es una batalla lograr que los chicos identifiquen la actividad como algo lúdico y libre cuando están limitados a un horario, escritorio y salón obligatorio.
ResponderEliminarClaro, Aleida, estoy de acuerdo con que, en muchas ocasiones, el contacto con la lectura y la literatura es muy potente en la escuela, pero esos "planes de lectura" donde los libros son sometidos a tareas poco estimulantes significa asociar la lectura con trabajos y crea un sentimiento de rechazo. Ojalá en todas las escuelas se hicieran planes personalizados contando con la opinión de los niños. Un saludo
EliminarEres mi ídola. Suscribo cada cosa que dices, es como oír en voz alta mis pensamientos pero ordenados y bonitos. La superlij en concreto la llevo francamente mal, aunque paso a mi hijo libros sin mensaje de extraperlo.
ResponderEliminarLa superlij es odiosa...
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