Este artículo fue pensado y escrito para acompañar la llegada en español de un libro que será imprescindible para todos aquellos que estudien el libro-álbum, o quieran tener información sobre estos libros o, simplemente, y dada la belleza de esta edición, quieran disfrutar de un hermoso libro. álbum[es] de Sophie van der Linden acaba de salir en España de la mano de Ediciones Ekaré y Variopinta Ediciones en coedición con el Banco del Libro de Venezuela (sí, son muchas editoriales pero ya se verá el por qué cuando haga la reseña de este libro, muy pronto).
Ahora quisiera compartir mi texto escrito para el apéndice donde Teresa Durán esboza el panorama en España y a mí me tocó (glup) el de América Latina. El reto fue inmenso y delicado, por eso pusimos una fecha tope para presentar libros: 2010. Resulta imposible incluir la enorme producción a partir de este año y, sin embargo, mirando con cuidado a los pioneros descubrimos las singulares apuestas que han ido conformando un recorrido ciertamente valioso en la producción de libros-álbumes por todo el continente.
Al preparar, para esta entrada, las ilustraciones que acompañan a los libros, me doy cuenta de la riqueza y variedad, del arrojo de algunos (¡creadores y editores!) en poner en manos de los niños momentos inolvidables de lectura y estética.
El libro-álbum en América Latina
A mediados de los años sesenta del
siglo pasado comenzó a diferenciarse el libro-álbum, como se le suele llamar en
América Latina, de los libros ilustrados para niños. Esto ocurrió en países de
larga e ininterrumpida tradición editorial como Estados Unidos y Reino
Unido. Nuestra condición de países con
ritmos y tendencias diferenciadas no nos permitió reconocer algunos libros que
marcaron una ruptura con esa tradición de ilustraciones que se limitaban a
acompañar textos. En este apéndice me gustaría hablar de estos libros para dar
voz a obras excepcionales que, en su variado conjunto y desde distintos países,
han significado un aporte a esta corriente de libros para niños que tan bien explicada queda en este libro.
Es un mapa que no aspira a la
totalidad y que evita convertirse únicamente en una lista de autores y obras.
Tampoco pretende unificar la realidad de más de veinte países con diferentes
trayectorias culturales y políticas, sino mostrar un conjunto de libros que
revelan la capacidad creativa y singular de unos cuantos escritores e
ilustradores.
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La edición de This Side up, una de las más cuidadas |

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Hasta la costura del libro es utilizada para crear un efecto |

A finales de los años 60 Ediciones de la Flor comienza su andadura en Argentina y el Centro Editor para América Latina publica la colección «Cuentos de Polidoro», dirigida por Beatriz Ferro, donde ilustradores de estética moderna y vanguardista visitan cuentos populares. Otra colección de esta editorial fue la emblemática «Los Cuentos del Chiribitil» dirigida por Graciela Montes, en la que se comienzan a ver los trabajos de Ayax Barnes, Chacha y Luis Pollini, entre otros. Algunos años más tarde, María Elena Walsh dirige la colección «Veo Veo» y traduce lo más selecto de la literatura infantil europea en un formato económico donde aparecen David McKee, Philippe Dumas, Allan Ahlberg y Elzbieta, además de sus propios libros.
Tal vez esta variedad y riqueza estéticas fue el germen de generaciones de ilustradores argentinos que, todavía hoy, están marcando una pauta original.
En 1975 Beatriz Doumerc y Ayax Barnes publican La línea donde el minimalismo de un señor que sigue una línea resulta una fina metáfora de las posibilidades de leer un texto mientras la imagen, en especial la línea, emerge en cada página como una sorpresa. Obtuvo en 1976 el Premio Casa de las Américas y la dictadura argentina lo censuró por considerarlo peligroso.

Isol ha experimentado también con el collage y el trazo libre para interpretar de manera profunda un poema de corte filosófico como Ser y parecer del autor mexicano Jorge Luján.

Afincado en España desde hace muchos años, Gusti explora este género en La mosca. Un día perfecto para un baño se convierte, página a página, en algo muy diferente. Con un pequeño relato de aventuras, texto e ilustración se imbrican para complementarse en una lectura divertida y sorprendente, con ilustraciones llenas de detalles en las que se apoya el texto. También afincada en España, Gabriela Keselman propone un juego de adivinanza en El regalo, al que el ilustrador español Pep Montserrat se ajusta como un guante. En la actualidad, editoriales como Ediciones del Eclipse o Pequeño Editor están realizando un trabajo delicado en la difusión de libros-álbum.

Muy posterior a este libro es Migrar, de José Manuel Mateo, particular relato de una niña que emigra con su madre a Estados Unidos. Javier Martínez Pedro realiza un excepcional trabajo de ilustración, lleno de detalles que se despliegan en un acordeón de papel amate, según las tradiciones milenarias de ese país, que lo ha hecho mereceder de varios premios. En la actualidad, en México, editoriales como Tecolote, Petra Ediciones, Ediciones El Naranjo y Nostra dan cabida en sus catálogos a sugerentes títulos.


Destaca el tándem formado por Jairo Buitrago y Rafael Yockteng, quienes han realizado libros con la complicidad y la exigencia del trabajo en equipo. Algunos, como Camino a casa y Eloísa y los bichos, no eluden cuestiones críticas de la sociedad contemporánea mientras texto e ilustración tejen hermosas historias.
En 1978, en Venezuela, nace una
editorial emblemática cuyo estilo y trayectoria es todavía hoy un excelente
ejemplo de exigencia y calidad en la búsqueda de libros-álbum que ha formado
generaciones de lectores. Ediciones Ekaré, fundada por Carmen Diana Dearden y
Verónica Uribe, mostró desde sus inicios su compromiso con las tradiciones
propias. Casi al mismo tiempo, Ediciones María Di Mase pone en circulación
libros de autores como Monique Felix o Etienne Delessert, entre otros. Pero es
en Ediciones Ekaré donde se encuentran libros-álbum destacados.
Como Margarita, un poema de Rubén Darío ilustrado por la entonces directora de arte Monika Doppert, que en sus ilustraciones en blanco y negro rompe con el imaginario asociado a este poema mediante una interpretación narrada que amplía los significados y mezcla libremente referencias iconográficas de diferentes culturas. De esta misma ilustradora es el conocido álbum La calle es libre.
Como Margarita, un poema de Rubén Darío ilustrado por la entonces directora de arte Monika Doppert, que en sus ilustraciones en blanco y negro rompe con el imaginario asociado a este poema mediante una interpretación narrada que amplía los significados y mezcla libremente referencias iconográficas de diferentes culturas. De esta misma ilustradora es el conocido álbum La calle es libre.
Más contemporáneo es Perro Picado, de Reyva Franco y Gerald Espinoza, publicado en una de las nuevas editoriales surgidas en los noventa, Camelia Ediciones, donde con humor y un diseño ágil se cuentan las peripecias de un perro capaz de dividirse en dos. Por último hay que mencionar un libro sorprendente en todos los sentidos, El libro negro de los colores, de las autoras venezolanas Menena Cotín y Rosana Faría, publicado en México por Tecolote. El reto: un niño invidente cuenta cómo siente los colores, para ello la ilustradora eligió el negro, gris y blanco, y texturas que dotan al libro de sobriedad sin perder su tono poético mostrando las posibilidades de construir imágenes visuales.
En Centroamérica podemos destacar el
libro Un
güegüe me contó,
de María López Vigil, ilustrado por su hermano Nivio, publicado en los años
ochenta, que indaga en la idiosincrasia nicaragüense para reírse de los
tópicos. En las ilustraciones hay un auténtico trabajo de arqueología cultural
donde los detalles realzan la historia. También de Nicaragua es el ilustrador
Luis Garay, aunque reside en Canadá. Junto con la escritora Monica Hughes
realizó el libro
Un puñado de semillas, cuya
ilustración parece inspirada en el muralismo debido al uso de bloques de color
y composiciones compactas, llenando de matices una historia conmovedora.

De corte más comprometido es el libro-álbum La composición, creado a partir de un cuento del chileno Antonio Skármeta, ilustrado por el español Alfonso Ruano y editado por la venezolana Ekaré.
Las sobrias ilustraciones, su paleta de color y el realismo con que se presentan las escenas dan una dimensión nueva a un texto que nunca fue escrito pensando en los niños. Quizá un tema como el que presenta la ilustradora Paloma Valdivia en Es así requería que la misma persona asumiera el texto y las ilustraciones: contar que la vida va y viene, que unos llegan y otros parten, es un ejercicio de sensibilidad. Recientemente nuevas editoriales independientes como Pehuén o Amanuta dan voz a nuevos creadores.
Esto han sido tan solo unas pinceladas de un cuadro mucho más grande, pues estos países cuentan con una producción abundante de libros-álbum y nuestro recorrido apenas cita títulos publicados antes de 2010, pero confío haber mostrado las variadas tendencias de libros que, en su momento, marcaron rumbos inexplorados en el continente.
Puedes encontrar este libro aquí
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(Agradezco la confianza y paciencia de Ceci, Pablo, Irene, Brenda, Verónica y todos los que fueron leyendo mi texto escrito entre varios viajes largos, hasta que tuvimos una versión final que nos gustó a todos. Quejas y reclamaciones son solo para mi...)
Y, por si te interesa: aquí hemos hablado de Ivar da Coll, de Fernando Krahn y del libro Perro picado.
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